Franz Kline fue un pintor estadounidense que estudio ilustración y pintura. Incorporó ambas formas artísticas a sus característicos cuadros blancos y negros. Si echáramos un vistazo rápido a una de sus pinturas, nos recordaría a la caligrafía japonesa. En sus comienzos, Kline fue un pintor realista y admiraba los trabajos de Rembrandt.

Después de su llegada a Nueva York, Willem de Kooning le introdujo en la pintura abstracta. A Franz Kline se le asocia con el movimiento expresionista abstracto de los años 40 y 50. Las pinturas monocromáticas en las que utiliza colores en contraste con grandes pinceladas eran un estilo reconocido de las obras de Kline. Muchos mecenas le preguntaban por qué solo usaba negro.

Él contestaba «La gente piensa que cojo un lienzo y pinto un signo negro sobre él, pero no es verdad. El blanco también está incluido, y es igual de importante». Utilizaba gruesas capas de pintura para formar sus características líneas agresivas y energéticas. Sus obras gestuales, como Nijinsky y Mahoning reflejaban este estilo. Su estilo era diferente al de sus compañeros. Kline no creaba marcas de manera espontánea. Primero, Kline esbozaba sus ideas. En ocasiones, utilizaba páginas de una libreta telefónica para sus bocetos. Después, calculaba sus composiciones. Los resultados finales eran abstracciones llenas de energía que provocaban una sensación de movimiento. Aunque Kline exploró las mismas innovaciones que otros expresionistas abstractos, sus obras son únicas en el movimiento abstracto, y ha sido venerado desde los años 50. Ha influido en otros artistas abstractos. Leer Menos