By Andrew Bay, UK
A principios de la década de 1980, un nuevo y dinámico grupo de jóvenes escultores británicos cobró protagonismo en la escena del mundo del arte. Sus obras se caracterizaban por el repudio al movimiento minimalista en la escultura. Estos jóvenes escultores sustituyeron las convenciones estilísticas de la escuela minimalista por un intento de volver a materiales, metodologías y simbolismos más convencionales. En general, la década de los ochenta reflejó un importante cambio cultural en el mundo del arte. El predominio del arte conceptual y minimalista comenzó a decaer, dando paso a nuevas ideas y perspectivas, como el neorrealismo y el neoexpresionismo en la pintura, entre otros. Los artistas de la nueva escultura británica retomaron diversas técnicas de diseño y materiales, como el grabado en mármol y un renovado interés por el cincelado en piedra. Las representaciones alegóricas volvieron a introducirse en el discurso general, así como los títulos y nombres líricos de las obras que los artistas producían. En este contexto, un grupo de jóvenes artistas británicos pasó a primer plano a mediados de los años ochenta, con el nombre de Nuevos Escultores Británicos.