David Bowie, Diamond Dogs London, 1975

Conocido por su forma de captar la estética de manera íntima, auténtica y sin poses, Terry O’Neill es un gran fotógrafo aclamado que saltó a la fama con sus retratos de la cultura Swinging London de los 60 y a varias figuras famosas. O’Neill comenzó como fotógrafo para una aerolínea del aeropuerto londinense de Heathrow. Después de estar tomando fotos sin saberlo del ministro de interior británico durmiendo mientras esperaba a subir a un avión, O’Neill ganó más atención por su trabajo y se le ofreció un contrato con The Daily Sketch. El tema de su primer trabajo como fotógrafo profesional fue el actor Laurence Olivier. Otros famosos incluyen a The Rolling Stones, Elton John, Brigitte Bardot y la familia real británica. Las imágenes de esta última recibieron el aclamo por ser un retrato del lado más natural y humano de O’Neill, que contrastaba con el aire formal y de élite al que el público estaba acostumbrado. Sobre su habilidad para captar unas fotografías tan naturales de personas admirables, O’Neill dijo: «Soy un fotógrafo de reportajes, y es lo mismo que fusionarse con el fondo… Cuando más discreto eres, mejor».